El racismo, la discriminación y la intolerancia son prácticas cotidianas que atañen a todos los sectores socioeconómicos de manera transversal.
La mujer, el joven, el indio, el negro, el homosexual, el discapacitado, entre tantos otros, de alguna u otra manera han experimentado un acto de marginación. En países pluriétnicos y en donde existe diversidad racial es más fácil detectarlo. Todos los esfuerzos que se hagan para contrarrestar esta realidad son insuficientes, pero juntos van sumando para poder hacer un cambio.
En los últimos días se han dado una serie de hechos en distintas partes del globo referentes a la no discriminación e igualdad ante la ley. La decisión dada por la Corte Suprema de los Estados Unidos en derogar la Ley de Defensa del Matrimonio (DOMA en inglés), que declara el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, ha sido un paso importante a favor de la comunidad homosexual en ese país, tras ser suspendida por cuatro años. El presidente Barack Obama respaldó tal decisión al señalar “el amor es amor” y la Corte de Apelaciones en San Francisco autorizó en menos de 48 horas los matrimonios entre personas del mismo sexo en California.
Como acto seguido, decenas de parejas gay se enrumbaron al ayuntamiento de San Francisco para casarse. El Estado de California ha contraído legalmente algo más de cuatro mil matrimonios entre homosexuales y lesbianas en el 2004 y el 2006, cifra que aumentará con esta nueva medida. Adicionalmente, tras este fallo el apoyo de la población estadounidense a los matrimonios entre personas del mismo sexo alcanzó un 55%, de acuerdo a una reciente encuesta publicada por el diario USA Today. Este porcentaje, sin precedentes, considera que dichos matrimonios deben ser reconocidos por ley y gozar los mismos derechos que los heterosexuales.
La discriminación por raza también es un asunto con el que se debe lidiar permanentemente. En el plano local la discusión en los últimos días fue en torno al texto escolar “Aromas” difundido por la Editorial San Marcos. Según la leyenda “El origen de las razas” de este texto, el agua clara creó primero a los blancos y el agua turbia a los indios y negros. Dicha leyenda resulta ser bastante racista y absurda, por decir lo menos, sobre todo si se tiene en cuenta la sociedad de gran diversidad racial en donde se distribuye. De acuerdo a la Defensoría del Pueblo del Perú se han registrado 109 denuncias por discriminación entre enero de 2011 y marzo de 2013 a nivel nacional. Es muy probable que esta cifra sea superior, debido a que este tipo de actos normalmente no se denuncian, a veces por la vergüenza de haberse sentido menospreciado.
Cada vez son más los esfuerzos para contrarrestar estas prácticas. A nivel interamericano, se aprobó en la última Asamblea General de la OEA dos convenciones internacionales en contra del racismo, la discriminación y la intolerancia. Ahora dependerá de cada Estado suscribirlas y ratificarlas. El trabajo en este campo social de las relaciones humanas debe ser constante, sin bajar la guardia, tal como lo demostró Nelson Mandela en su Sudáfrica natal, al luchar contra el Apartheid que ahí se vivía, logrando la igualdad, la unión, la convivencia pacífica y el respeto mutuo. Gran lección y valioso legado, digno de imitar.
Blog de Democracia & Desarrollo Internacional (D&D Internacional)
Autora: Elaine Ford
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