Un informe del Observatorio de Femicidios registró 255 mujeres muertas. La cifra es 10 por ciento menor a 2011, pero en lo que va de 2013 el promedio de casos aumentó.
Por Mariana Carbajal
En 2012 hubo un hecho emblemático: una de las mujeres fue asesinada en una Comisaría de la Mujer.
El drama de la violencia de género no se detiene en el país. A lo largo de 2012, se registraron en promedio cinco femicidios por semana. En total fueron ejecutadas 255 mujeres por el hecho de ser mujeres. El 63 por ciento fue ultimada por su esposo, amante, novio o ex pareja, de acuerdo con el informe del Observatorio de Femicidios en Argentina, que dirige La Casa del Encuentro, y cuyos resultados adelanta Página/12 en forma exclusiva. El impacto social de la violencia machista es enorme: dejó en el último año 357 hijos e hijas huérfanos, 248 de ellos menores de edad.
“Es necesario considerar a la violencia sexista como una cuestión política, social, cultural y de derechos humanos. De esta forma se podrá ver la grave situación que viven las mujeres, niñas y niños en la Argentina como una realidad colectiva por la que se debe actuar de manera inmediata”, exhortó Fabiana Tuñez, coordinadora ejecutiva del Observatorio y cofundadora de la ONG.
El Observatorio lleva adelante el registro de los casos publicados en las agencias informativas y en 120 diarios del país. Contabiliza los homicidios de mujeres por razón de género, es decir, casos que no tienen que ver con robos, secuestros u otras situaciones de la llamada “inseguridad” urbana, recordó a este diario Ada Beatriz Rico, su directora. El informe de 2012 será presentado mañana a las 18 en la Legislatura porteña, donde Tuñez y Rico harán un balance de los cinco años que vienen realizando el trabajo de registro de los femicidios, ante la ausencia de estadísticas oficiales que permitan visibilizar la magnitud de la sangría por violencia machista en la Argentina.
Si se comparan los datos del año pasado, surge que en 2012 se cometieron casi un 10 por ciento menos de femicidios que en 2011, según la misma fuente. De 282 se pasó a 255. Sin embargo, Rico advirtió que no puede tomarse como una tendencia todavía, dado que en el primer mes de 2013 la cifra de asesinatos de mujeres como consecuencia de la violencia de género fue enorme: casi uno por día; en total fueron 26 a lo largo de enero, una cantidad que no se registró en ningún mes de 2012. Y en febrero, en los primeros 19 días ya se contaban 14 hechos. En 2011 la cifra había crecido un 8 por ciento en relación con el año anterior. En 2010 el Observatorio registró 260 femicidios y en 2009, 231 (pero en ese año los medios relevados eran menos, solo 43). En la mayoría de los casos, el principal sospechoso o imputado por el crimen siempre resulta el marido, novio o ex pareja de la víctima, puntualizó Rico.
Desde el año pasado, en el número total de femicidios, el Observatorio incluye aquellos denominados “femicidios vinculados” de mujeres y niñas, que son personas asesinadas por el femicida para castigar o destruir psíquicamente a la mujer sobre la cual ejerce dominación (muchas veces ultiman a los hijos de su ex, algunas veces son además sus propios hijos) o al intentar impedir el femicidio, o quedaron en la “línea de fuego” del atacante. De los 255 hechos, 17 fueron “femicidios vinculados”: diez fueron mujeres adultas familiares de la víctima y en siete casos se trató de la hija de la mujer de la que se quería vengar el presunto femicida. Como ocurrió el 27 de agosto último, cuando Juan Carlos Cardozo, de 24 años, asesinó a la abuela, la hermana y la primera hija de su ex pareja Romina Martínez, de 26 años, en la localidad bonaerense de Benavídez. El caso se conoció como el triple femicidio de Benavídez. Cardozo confesó los homicidios. Según trascendió, dijo que las mató porque Romina lo había abandonado y supuestamente no la dejaba ver a la hija de ambos, de tres años. El joven tenía en su contra denuncias previas realizadas por Romina por violencia.
Además se contabilizaron 24 casos de “femicidios vinculados” de varones o niños, en 2012. Algunos de los chicos, hijos de una mujer también asesinada en el mismo hecho o de la que el autor del ataque se quería vengar eliminando lo que ella más quería.
Otros datos que aporta el análisis del Observatorio:
5 de las víctimas estaban embarazadas.
26 presentaban indicios de abuso sexual.
25 casos tenían denuncias iniciales, realizadas por familiares, de desaparición.
7 mujeres que tenían antecedentes de sufrir violencia de género en el marco de sus parejas permanecen desaparecidas desde 2004, entre ellas, tal vez el caso con más resonancia mediática es el de Erica Soriano (ver aparte).
En relación con el vínculo entre el presunto femicida y la víctima, el Observatorio señala que en 95 casos se trataría del esposo, pareja, novio o amante; en 65, una ex pareja; en 11, el padre; en 21, otros familiares; en 18 hechos, vecinos o conocidos; en 5 de los asesinatos, un hijo; y en 40 no habría relación aparente. Es decir, la mayoría de los femicidios fueron perpetrados, según los datos publicados, por la pareja o ex pareja de la mujer.
Otro dato interesante que brinda el estudio es que no es el espacio público el lugar más riesgoso para la mujer que sufre violencia de género: la vivienda en la que vivía o la que compartía con el acusado de matarla son los escenarios más frecuentes donde ocurren los femicidios: en 138 casos las mujeres encontraron en su propio hogar la muerte. En 2012, hubo un hecho emblemático: una de las mujeres fue asesinada en una Comisaría de la Mujer cuando fue a denunciar al agresor, que era personal policial, y la ejecutó en ese momento (ver aparte).
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